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hola, buen día,
cada momento de confusión que afecta nuestras vidas es un llamado urgente a saber distinguir entre lo adecuado y lo inadecuado
pero esa distinción no es tan fácil como puede pensarse {saber qué es bueno y qué es malo parece una lección de primaria, pero es una materia que dura toda la vida}
[por eso la insistencia en suplicar por recibir la información espiritual más pura para actuar mejor]
pero una vez que tenemos el mérito de recibir la información y nos damos cuenta de tan elevada distinción empezamos a observar nuestros aciertos y nuestros errores
{entonces, es el momento de suspirar}
una parte de nuestra elevación personal reposa en conocer nuestros aciertos y errores
la clave es saber con precisión dónde está el error para tratar de corregirlo, sin soltar ni olvidar ninguna cosa buena y acertada (muy importante)
(cualquier niño agregaría “¡esto ya lo sabemos!”) parece de primaria, no lo es
continuamos: darse cuenta del error personal causa dolor, del tamaño proporcional a la percepción (no del error ¡gracias a Dios!) por eso hay que suplicar que con bondad podamos saber un poco más,
a nadie le es grato transitar por ese dolor, el cual aumenta porque sencillamente nos damos cuenta que no tenemos razón, y este, es un golpe muy fuerte (…)
claro, en un niño quien sabe escuchar, esto se matiza porque se le sugiere que pida perdón y rectifique y ¡listo! pero en historia “adulta” con actores “crecidos y maduros” tiene un grado de dificultad mayor porque el aceptar no tener razón, estar equivocado, el pedir perdón o perdonar, facilitar el regreso, el retorno espiritual: es un proceso que simplemente causa dolor
(dolor desproporcionado por una fuerza espiritual que los sabios han llamado ‘el informante malo’ concepto ligado al ego) entonces suspiramos y cerramos los ojos
(…) (y a veces volvemos a suspirar y hasta gemir) (…)
grandes maestros han observado que al sentir dolor, cerramos los ojos
(cerramos los ojos al mundo físico para conectarnos a lo espiritual)* *receta esencial rápida
y al cerrarlos hay la posibilidad de suplicar a lo Más Elevado bondad y orientación, recibir lo que hay que hacer para el camino adecuado y vivir una mejor vida
pero en esta súplica/meditación en frontera con el diálogo interno, también existe la posibilidad de escuchar la voz equivocada, la voz del informante malo quien como faraón malo quiere seguir imponiendo su esclavitud en forma de dolor, engaños, mentiras, desilusión … (cuidado)
un batalla espiritual muy similar a la que sostienen moisés y aharón con el faraón (éxodo 10)
por eso la sugerencia espiritual de enfrentar la batalla espiritual, realizar lo adecuado, enmendar y ¡liberarse! regresar, buscar lo espiritual, tener una conexión espiritual con el Creador de todos los mundos (y más)
moisés (representante del Nombre más elevado y de israel) solo pide salir a buscar a Dios, ofrendar un acercamiento, sacrificar el aspecto animal del humano, nulificarse ante El, alabarLo (elementos todos de la liberación espiritual) (moisés lo pide hoy, en este momento)
pero el faraón malo dice que quien sabe, que sí, … pero no
el faraón malo siempre tiene la razón (y siempre esclaviza, miente, engaña …)
ahí, en ese lugar no hay otra posibilidad
salvo cerrar los ojos con más fuerza y dirigirse con vigor hacia lo Más elevado y tan solo suplicar por estar más cerca
(¡feliz luna nueva en acuario!)
libre de dolor, con fe y alegría: ¡una buena vida!
jaime kurt
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