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[Por la paz en Israel. En Ucrania. Por la Paz Completa.]
Amigos hola, buen día.
Dicen los sabios del Talmud: “Tú estás donde están tus pensamientos”. Ahí es donde habitamos realmente. En nuestros pensamientos.
Pensamientos, acciones y circunstancias invitan a transitar por estados de conciencia.
Los estados de conciencia sugieren pensamientos.
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Una de las pruebas más fuertes en esta vida física, es que un ser querido parta de este mundo.
Cuando ese ser es uno de tus papás, la situación aumenta su intensidad. Un pasaje de severidad a matizar toda la vida ésta. Realmente es un estado de conciencia, pues la situación genera circunstancias y pensamientos de severidad. Un estado no buscado, sino parte del paquete biográfico espiritual. Personal. (Léase mazal y/o gilgul.)
Es uno de los dos estados de conciencia más repetido y protegido (¡gracias a D.os!) en la Toráh (los 5 Libros de Moisés) y en los Salmos de David el rey.
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Acerquémonos a los estados de conciencia.
[Me voy a saltar algunos capítulos como: el inicio, antes del inicio, introducción a la Kabaláh, las Letras Hebreas, bioconciencia, …]
Cuando leemos un texto sagrado, por ejemplo: “habitarás en sucot 7 días” (Levítico 23 v42) y lo estudiamos, y aprendemos que esta conexión está relacionada con lo transitorio y la alegría, lo más seguro es que debido a lo recibido, nos alcemos a un estado de conciencia amplia (grande). Entonces, si alguien toca a la puerta pidiendo ayuda, abriremos generosamente nuestras manos dándole dinero/consejo/tiempo/hospitalidad (según la posibilidad personal), y decimos, que la acción es debido a un estado de conciencia amplia (grande). Y si vemos un obstáculo acercándose, afirmamos “con la ayuda del Creador lo vamos a pasar” y estudiamos algunas posibilidades para su solución. La fe nos lleva a una conciencia expandida.
Si por el contrario, leemos en algún periódico una noticia, y ésta nos causa dolor, asombro negativo, zozobra, podemos afirmar que entramos a una conciencia restringida (angosta, pequeña), donde lo espiritual se dificulta. Si alguien toca la puerta pidiendo ayuda y recordamos que no nos alcanza nuestra porción, o que estamos desempleados, y cerramos la mano y la puerta, podemos intuir que transitamos un estado de conciencia restringida. Es difícil el compartir. De este lugar angosto el futuro se percibe incierto, y si se asoman algunos obstáculos, nos asustan. Nos llenan de incertidumbre, temor, eclipsando los rayos luminosos de cualquier esperanza. Entonces nos es difícil orar, estudiar, pedir ayuda. Lo material nos empieza a inundar y la respiración se hace deficiente. Todo lo podemos ver en carencia.
Esta es bajar hacia una conciencia restringida, angosta, pequeña.
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Para facilitar estas letras, podemos escribir que la fe, la alegría, el amor, la hospitalidad, la bondad … , son también estados de conciencia los cuales sugieren estados conciencia más elevados.
De igual forma su contra parte: la desesperanza, la tristeza, la carencia … .
Los estados de conciencia nos sugieren pensamientos. Los pensamientos nos llevan a un tipo de acciones y circunstancias. La suma son los frutos de nuestra vida.
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Los estados de conciencia son lugares espirituales.
[Hay que procurar transitar por los más elevados.]
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Los lugares físicos donde nacemos y crecemos traen por “default” estados de conciencia de regalo.
Cada quien su biografía y su misión espiritual personal.
No es lo mismo nacer y crecer en un país que en otro, aunque estén cerca. Lo mismo afirmamos de un barrio que de otro. En una calle, casa, familia. Bueno, la diferencia es personal. Cada humano es diferente y su misión espiritual es única. (¡Baruj HaSHem!)
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Los estados de conciencia globales, regalo de nuestro nacimiento son marcos de estados de conciencia en el cual operamos y transitamos todos. Es el marco global de conciencia determinado por factores diversos: familiares, religiosos, educativos, geográficos, culturales, económicos, sociales, climáticos, políticos, musicales, etc.
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Así como hay estados de conciencia que pertenecen a nuestro entorno, a nuestra vida por default, hay estados de conciencia los cuales adquirimos a través de nuestras acciones directas. Una acción espiritualmente adecuada nos eleva a un estado de conciencia amplia. Estado del cual tenemos que descender a uno intermedio, por escribirlo de una manera. Descendemos por sistema, al terreno de la acción. Y de nuevo tenemos la posibilidad de accionar adecuadamente para entrar a una conciencia amplia. Así es.
Sin embargo existen estados de conciencia los cuales “aparentemente” no estaban desde nuestro nacimiento y no tienen que ver con nuestras acciones directas.
Son los dos estados de conciencia que además de angostos, pequeños, son delicadamente vulnerables, motivo de estas líneas.
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La Toráh, los 5 Libros de Moisés, también describe lugares espirituales. O por mejor escribir: también describe estados de conciencia. Más bien es la fuente y origen de los estados de conciencia Sus santas letras nos acercan a ellos.
NOTA A ESTUDIAR: “el Eterno protege a los ‘extranjeros’ porque ‘extranjeros’ fuiste en la tierra de Egipto” son las palabras más repetidas en los 5 libros de Moisés. La palabra original en hebreo es “gerym”. Entonces el poderoso párrafo se lee: “el Eterno protege a los ‘gerym’ porque ‘gerym ’ fuiste en la tierra de Egipto”. ‘gerym’ es el plural de un estado de conciencia. De angostura. Pequeño.
No menos de 36 veces se lee nuestra santa Toráh la sugerencia (mitzváh) de proteger a los ‘gerym’. ¡Es la mitzváh más repetida! En variantes, tal vez esté hasta 50 veces.
Y de todos los ‘gerym’, es decir, de todos los estados de conciencia pequeños, restringidos, hay dos altamente vulnerables, los cuales manifiesta abiertamente la santa Toráh de mayor atención. También en los Salmos se aprecia. Constantemente se nos comparte que HaSHem los cuida y protege, además de alertarnos que está prohibido hacerles daño. Estos dos estados de conciencia pequeños y vulnerables son: el huérfano y la viuda.
[Los ‘gerym’ como estado de conciencia restringida, es una aportación de bioconciencia ¡bhSH! Por cientos de años ‘gerym’ se ha traducido al español como “extranjeros”, falla original de una palabra del griego, imposible de conocer su significado en el tiempo de traducción: “prosélitos”, sintagma que luego pasó al latín como “advenedizos”/extranjeros.
{Aquí voy a escribir “gerym” en hebreo. Basta recordar que los “gerym” son estados de conciencia vulnerables, empequeñecidos.} ]
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Orfandad y viudez son estados que la persona transita de forma involuntaria, y con un alto nivel de vulnerabilidad.
La orfandad es un estado de conciencia delicado. La viudez, igual, con diferentes matices.
Conozco varios casos extremo donde se abusa de ellas, hay maltrato, acoso verbal, psicológico, intimidándolas, a veces con agresiones físicas, además de que se les quiere despojar de sus bienes (cuando los tienen, y si no, el abandono) y otros malvados etcéteras.
A las personas muy alejadas de lo espiritual en extremo, se les llama malvados, y son capaces de cometer éstos y otros más graves delitos espirituales.
¿Por qué? Porque sencillamente al estar alejados de lo espiritual, no ven ningún guardián físico que cuide a estos humanos vulnerables. Están incapacitados de observar los respaldos espirituales y sus advertencias y sin ningún protector físico, cometen sus fechorías. Muchas veces son los mismos hijos, o familiares quienes atacan a la viuda. Cuidado.
El caso del huérfano es diferente. Los peligros y la vulnerabilidad difieren. Empezando porque la orfandad no tiene edad. Y el dolor ocasionado es profundo siempre.
El huérfano pertenece a un concepto de los niños y jóvenes en crecimiento. La viuda pertenece al concepto adulto con cierta familia formada, y algunas posesiones.
Todo huérfano, será siempre un niño. Un niño que clama por mamá, o por papá, o por ambos, en un lamento continuo a veces silencioso, que se matiza con el tiempo.
Tarea de toda esta vida.
Toda esta vida porque es parte de su tikún, su misión espiritual. La orfandad y sus peligros son la prueba espiritual a superar. El proceso de reparación es para toda la vida.
Como la de todos los humanos, claro. En constante batalla espiritual personal.
Pero el caso de los huerfanitos es singular porque precisamente ¡es un estado de conciencia angosto y vulnerable! (¡‘gerym’!)
Aunque parezca muy obvio e infantil el señalamiento.
Es una estado diferente. Lo confirma David el rey.
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¿Cuál es el mayor peligro para los huerfanitos?
Que se deje convencer por el informante malo y poco a poco se aleje de lo espiritual, tomando decisiones equivocadas, elecciones erróneas, hasta que esa voz negativa casi lo convenza que también es un malvado (¡D.os no lo permita!).
Inserto una aclaración: no es lo mismo cometer una serie de errores, o realizar elecciones equivocadas que incluso han dañado a personas (principiando por él mismo) por causa de confusión o una desinformación espiritual, que el caso extremo de un malvado con todas sus letras, que si los hay, y existen y operan. Atención.
Otra aclaración: incluso el más malvado tiene posibilidades de retorno y de reparar su vida y la de los demás. El confuso promedio o el carente de la adecuada información, también. La Puerta del Retorno (teshubáh) y la reparación correcta están abiertas siempre.
El problema es seguir pensando equivocadamente.
Queriendo tener razón en el mismo error de años. Sugerencia negativa de la orfandad.
En ocasiones, los peligros se ven endulzados por una inclinación personal a ver hacia los cielos y suspirar. Estas dos simples acciones matizan el dolor, conectándolas a la esperanza.
En cualquier caso: cuidado, y regresa. Fe, y amplia tu conciencia.
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Comparto un remedio/recordatorio para cualquiera que lo necesite y quiera usar.
Es un antiguo remedio poderoso.
Se trata de leer estas palabras del Salmo 146, en voz audible.
Las puedes pronunciar en hebreo, en español.
Lo que se necesita es simpleza, alegría, fe.
HaSHem shomer et gerym: yatom vealmanáh, ye’oded
HaShem protege a los gerym: huérfanos y viudas, ¡fortalece!
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Fe y ¡alegría!
[Y ya entrados en letras: ¡jag sucot sameaj!]
(Este escrito fue publicado antes de sucot 5784.)