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hola, buen día,
todo el universo y más, está impregnado de música
somos parte de una gran canción (y el escuchar esta música ¡trae un profunda alegría!)
nuestra vida [y trabajo espiritual] se asemeja a un instrumento musical de cuerdas que debe estar adecuada y diariamente afinado
las cuerdas no deben estar muy tensas (excesos, severidades, presiones, dificultades, culpas, rigor, juicios, la rectitud aislada) porque corren el riesgo de romperse
las cuerdas no deben estar muy flojas (en extra comodidad, sin compromiso, información equivocada, mimados con la bondad derramada, el relativismo plus) porque simplemente no suenan
(para recibir esta alegría y continuar el ascenso) nuestra vida debe estar en constante afinación
y esto me hace recordar a los preciados violines
para ser parte de un gran concierto el violín debe estar afinado en el momento
si hay mucho calor, sus cuerdas se tensan, se suben de tono, ¡cuidado!
si hay frío bajan de tono (o si no se toca, sus cuerdas se aflojan)
[y los músicos muy sensibles pueden revelar que los violines se ponen tristes al abandonarlos o al tocarlos sin ánimo/alma]
por eso los violinistas tienen que afinar unos segundos antes, y constantemente hacerlos vibrar,
el tocarlos adecuadamente con alegría, amor, conocimiento, precisión, cierta tensión ¡los mantiene afinados! cualquier cambio brusco, variante de temperatura, aplicación de calor, rigor o falta de tensión, puede afectar su afinación
al afinar sus cuerdas correctamente, ya pueden participar en el gran concierto
entonces comparten los músicos: todas sus piezas (más de 70) empiezan a vibrar unificadamente en una sola nota, en un estado de alegría maravilloso emitiendo esa nota en un transporte sonoro bello, compartiendo, siendo parte de la hermosa secuencia, a veces siendo líder, otras siendo parte, en algunas guardando el preciado silencio
la sugerencia es: para el concierto, todo instrumento debe estar afinado: sean cuerdas, percusiones, metales, maderas, teclados, vientos, voces
nuestra vida es potencialmente más sublime
cada acción es una nota de un acorde de una bella canción
nuestra misión espiritual (que es personal) se asemeja a una nota que parece repetirse en una espiral ascendente, y a medida que la escuchamos percibimos que es un solo motivo de una gran canción
dos aclaraciones: para emitir y escuchar esa gran y hermosa nota debemos estar afinados correctamente y la afinación es personal, entonces podemos participar del gran concierto espiritual (que es Uno) bajo la batuta del más Alto Director (que es Uno)
y todo esto ¡trae alegría!
jaime kurt
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